¿Podría el dióxido de carbono convertirse en electricidad?

Foto: energy-dz.com
He aquí una idea interesante: ¿Qué pasaría si el dióxido de carbono (CO2) producido por las centrales eléctricas, se podría convertir en una fuente de energía adicional?
Esa es la idea detrás de un nuevo estudio publicado recientemente en la revista Environmental Science & Technology Letters. Escrito por un equipo de investigadores de los Países Bajos, el documento describe cómo el CO2 puede ser mezclado con un electrolito líquido, generando energía eléctrica en el proceso.
Un comunicado de prensa de la American Chemical Society, que publica la revista, llama a esta relato “de basura a tesoro”, diciendo que podría ayudar a producir miles de millones de kilovatios de energía cada año, mientras que reduce la cantidad de gases de efecto invernadero liberados a la atmósfera.
La investigación se realizó en Wetsus, un centro de excelencia para la tecnología sostenible del agua. El equipo coaccionó CO2 en agua y otros fluidos, en donde el dióxido de carbono se dividió en iones positivos y negativos. Dos membranas especiales se colocaron a cada lado del agua, una por donde los iones positivos podrían pasar y otra por donde pasarían los iones negativos. Esto produjo un flujo de electrones entre las dos membranas, los cuales podrían ser capturados por un electrodo, lo que significa sólo una cosa…electricidad.
La investigación hasta la fecha es sólo una prueba de concepto, y que en realidad utiliza más electricidad de la que genera, pero el investigador principal Bert Hamelers dijo que podría ser mejorada y que existen enfoques alternativos que podrían voltear esa ecuación.
Los investigadores dicen que este nuevo proceso podría ayudar a usar los 12 millones de toneladas de CO2 emitido cada año por la quema de carbón, petróleo y gas natural para producir. Dicen que el uso de todo el CO2 de las centrales eléctricas, fábricas industriales y residencias podría generar más de 1,5 billones de kilovatios de electricidad cada año.
Es entendible que, el proceso en realidad, no consume el CO2. Únicamente lo usa, por lo que todavía puede necesitar ser capturado de alguna manera en lugar de ser liberado a la atmósfera. Pero Hamelers dijo que este proceso podría poner a utilizar la energía que de otro modo se perdería, haciendo más eficientes a las centrales eléctricas y otras instalaciones y permitiéndoles producir más electricidad sin aumentar sus niveles de emisiones de CO2.

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