BIOCOMBUSTIBLE A PARTIR DE RESIDUOS DE MADERA
En la búsqueda de fuentes alternas de energía, investigadores de la Universidad de Georgia desarrollaron un nuevo biocombustible elaborado con base en residuos de madera que, a diferencia de otros, puede mezclarse con biodiesel y diesel convencional.
Tom Adams, creador del nuevo energético, dijo que “una de las cosas más interesantes es que podremos reducir el costo de producción de combustibles elaborados a partir de biomasa con esta técnica”.
El investigador recordó que la extracción de aceites derivados de la madera no es nada nuevo, la importancia de su descubrimiento radica en que hasta ahora no había sido posible procesarlos de manera efectiva y económica para ser usados en máquinas convencionales.
El procedimiento para la elaboración de este biocombustible, que está en vías de patentarse y aún no tiene nombre, consiste en calentar astillas, virutas y pequeños trozos de madera en ausencia de oxígeno a temperaturas muy elevadas. La mayor parte de la madera se convierte en carbón, mientras que el resto se transforma en gas.
La mayor parte del gas se condensa en un bioaceite líquido que es tratado químicamente. Cuando el proceso se completa, se obtiene 34% de biocombustible, que representa entre 15% y 17% del peso total de la madera seca, Los científicos trabajan ahora en eficientar el procedimiento a fin de obtener una mayor cantidad de combustible.
Adams dijo que además de los beneficios inherentes de este producto, una de sus grandes ventajas es que, debido a que se trata de un producto cercano al carbón natural, no contribuirá a la acumulación de dióxido de carbono en la atmósfera, siempre y cuando se reforesten las áreas empleadas para la elaboración del biocombustible.
Además, en este momento se llevan a cabo pruebas para determinar si el carbono residual del proceso puede ser empleado como fertilizante. “Liberamos carbono a la atmósfera cuando plantamos árboles. Si lo regresamos a la tierra en una forma inerte, entonces estamos ayudando a disminuir la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera”, explicó el científico.
A pesar de que el biocombustible ha funcionado bien, Adams señaló que aún hace falta seguir realizando pruebas para determinar el rendimiento de las máquinas, así como el impacto en las mismas en el largo plazo, además de resolver cuestiones de almacenamiento. (Universidad de Georgia)
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