Un día en la planta de reciclaje
Dentro del paisaje urbano es habitual ver esos grandes camiones volquetes que recogen contenedores donde hemos vertido nuestra basura de manera selectiva. Esos camiones, al terminar su ruta, se dirigen a plantas donde se continúa con el proceso de reciclaje que hemos iniciado nosotros.
Existen en la actualidad a nivel mundial unas 25 plantas que combinan el reciclaje con la generación de biogás. Vamos a centrar nuestra historia en una de éstas.
La materia que se recoge en este tipo de plantas consiste principalmente de alimentos sobrantes, embalados y sin embalar ó aquellos que han excedido la fecha de caducidad.
Los vehículos con contenedores con estos productos entran y salen a diario sin parar en estas plantas. También llegan vehículos de transporte que entregan en palets, botellas de PET y Tetra Pak con zumo, leche y alimentos similares.
Ya en la nave de desenvasado se dispone de una gran instalación que tritura, clasifica y limpia los residuos de alimentos gracias a una cinta transportadora que los conduce de una estación a otra.
Las filas de botellas de PET o Tetra Pak llenos esperan su turno para ser introducidos en la tolva de otra máquina, donde se realizará el proceso de vaciado y compresión de los envases. Ejes de acero perforan los envases rápidamente para que salga el líquido.
A partir de aquí el proceso de reciclaje se divide:
- Por un lado, el material de embalaje perforado se conduce a un tornillo sin fin que lo comprime. Así estos embalajes se vacían en un 98% y una vez comprimidos están listos para el siguiente paso.
- Por otro lado, mediante un sistema de filtración integrado se limpia el líquido alimenticio extraído de los pequeños trozos de plástico y etiquetas, y se conduce a un recipiente de recogida situado en el exterior de esta máquina.
Los recipientes metálicos están subdivididos por paredes que filtran las partículas no deseadas, de modo que sólo se envía a la siguiente estación el líquido sin partículas, que más adelante se convertirá en biogás.
Los residuos filtrados se transformarán en abono químico
Y es ahora cuando empieza la verdadera producción de biogás. La biomasa separada se calienta a 70º C mediante un intercambiador de calor en espiral para liberarla de potenciales agentes patógenos.
A continuación, la materia orgánica se descompone en el fermentador principal a una temperatura de 42º C, para posteriormente fermentarse de nuevo en el acumulador de gas. Otros pasos importantes que se realizan son la desulfuración y la deshumidificación.
El último proceso para el biogás es la limpieza por medio de filtros de carbón activo. En este momento, este biocombustible está listo para usarse para generar electricidad y calor.
La energía eléctrica producida se suele verter a la red pública de suministro eléctrico. La energía térmica puede ser empleada en los usos típicos de la cogeneración (calentar agua de piscinas, calefacción …) ó en procesos basados en la economía circular, a los que se pueden unir el uso de los residuos líquidos y sólidos procedentes de la fermentación y que pueden utilizarse como abono en cultivos agrícolas.
Este vídeo resulta interesante para entender el funcionamiento de la planta:
Los embalajes y envases ya comprimidos continúan su camino dentro del apasionante proceso de reciclado. Pero eso lo trataremos en otro artículo de ecointeligencia :-)
Si bien para las posturas ecológicas más radicales el uso de biocombustibles se equipara al de los combustibles fósiles, en nuestra opinión la sostenibilidad es un largo camino que se tiene que recorrer ayudándose primero de planteamientos ecoeficientes, como es el caso del uso del biogás, hasta llegar a las soluciones ecoeficaces, de mano de las consideradas como energías limpias.
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