Casas de corcho o cartón, más ecológicas y durables
La arquitectura ecológica está de moda, y también los diseños novedosos, que buscan el equilibrio entre el confort, unos precios relativamente asequibles y materiales sostenibles.
En este post vamos a centrarnos en el corcho y el cartón dos materiales de construcción con grandes posibilidades en la arquitectura ecológica, en combinación con la madera, además de ver dos propuestas modulares.
El corcho y el cartón, materiales sostenibles
El corcho proviene de la corteza del alcornoque y sus características aluden a su durabilidad, resistencia al fuego, elasticidad, aislante e impermeabilidad. Su uso en la construcción aprovecha, sobre todo, su capacidad aislante, pues es uno de los mejores aislantes térmicos, además de hacerlo a nivel acústico.
El cartón es otro material de gran versatilidad, mucho más resistente de lo que pueda parecer para su uso en la construcción. Mediante el uso de papel o cartón reciclado se han realizado proyectos muy duraderos, además de tener una estética preciosa, como ha demostrado el arquitecto japonés Shigeru Ban o, sin ir más lejos, el proyecto que veremos en el siguiente epígrafe.
En general, la sostenibilidad de los materiales depende de muy distintos factores. De hecho, no basta con afirmar que estamos empleando corcho, madera o cartón como materia prima principal para transmitir la idea de sostenibilidad. No todos esos materiales lo son, lógicamente.
Para tratarse de materiales ecológicos deben cumplir una serie de características, como no haber sufrido un tratamiento que los desvirtúe o malogre en este sentido, contar con la certificación ecológica correspondiente y, por ejemplo, tener una huella de carbono baja, tanto en lo que respecta a su producción como a la hora de transportarlo.
Eso de forma básica, pero en realidad deberíamos tener en cuenta los diferentes aspectos del ciclo de vida de los productos, desde que se obtiene la materia prima hasta que se elabora y recorre la cadena de distribución.
Eso de forma básica, pero en realidad deberíamos tener en cuenta los diferentes aspectos del ciclo de vida de los productos, desde que se obtiene la materia prima hasta que se elabora y recorre la cadena de distribución.
Solo así podríamos valorar el impacto ambiental real de los productos. En este caso, los materiales de construcción de estas casas, que tienen muchas papeletas para obtener buenas notas en este tipo de exámenes tan exhaustivos. Pero veamos ambas propuestas.
Ingeniosa casa de cartón
La Wikklhouse, del estudio holandés Fiction Factory, es una casa de cartón que, como puede verse en las fotos, no lo parece. Su durabilidad, de en torno a los 100 años, también es difícil de creer. Quizá porque no estamos acostumbrados a estos materiales de construcción, y el mero hecho de ser atípicos explica nuestra extrañeza.
Sea como fuere, no hay nada como ver el resultado que ofrece este proyecto, una mini casa modular enteramente construida con cartón y madera. Está montada con módulos de 5 metros cuadrados y no necesita cimientos. Es decir, es una vivienda portátil, siempre que se esté dispuesto a trasladar una carga de 500 kilos con un remolque.
Es decir, obviamente, no estamos hablando de una tienda de campaña con forma de casa, sino de una casa pensada para un uso provisional, pero a medio plazo. Tanto para su instalación en un entorno natural, de tipo silvestre, o en un jardín o parcela propios, donde instalarla como casita principal o complementaria, en función de las distintas necesidades.
Su precio es prohibitivo, pues sin contar transporte y colocación en un solo día, el coste alcanza ya los 25.000 euros. Además, por ahora solo está a la venta en Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Reino Unido, Alemania y Dinamarca.
El EcoCubo, una casita de corcho móvil
El EcoCubo es un refugio ecológico en cuanto a materiales y también como concepto. Sus creadores, los arquitectos portugueses António Fernandes y Filipe Macedo de Brito, proponen una micro casa fabricada con materiales ecológicos locales (los alcornoques son muy abundantes en Portugal y España, incluyendo el área mediterránea de forma más extensa), habida cuenta además de las ventajas que tiene como aislante.
Junto al corcho, emplean madera, pero el material principal es aquel, buscando con el uso de ambos crear un entorno natural que no establezca una separación entre estar dentro de casa y afuera. Igualmente, se utiliza corcho como revestimiento para que el mismo paso del tiempo vaya curtiendo la casa, haciendo que se funda con la naturaleza, como algo vivo.
En su interior, con una capacidad para dos personas, es posible ordenar el espacio de distintas maneras, por lo que se busca la personalización. Sus creadores afirman que cada EcoCubo es único y, por otra parte, es muy flexible en cuanto a usos que puede dársele, ubicación y distribución.
El EcoCubo, por último, se concibe como un elemento clave para la promoción del ecoturismo en lugares poco convencionales o accesibles. En este sentido, abre nuevas posibilidades al turismo rural ampliando el espacio susceptible de residencia sin que el entorno se vea fuertemente dañado a nivel paisajístico ni tampoco suponiendo una masificación.
Bien pensado, también la casa de cartón podría utilizarse para tal fin. Más allá de ser casas, se entienden como un concepto más amplio de sostenibilidad, bien sea para servir a un estilo de vida o como negocio relacionado con el sector del ecoturismo.
Los peros, como siempre, haberlos haylos, aunque en este post se valora a amos proyectos por su lado activista, y en este aspecto son interesantes. Por último, el precio duele. Aunque el EcoCubo es bastante más económico (unos 10.000 euros) no dejan de ser alternativas costosas si se tiene en cuenta que no se conciben como primera residencia.
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