El diagnóstico ambiental en la empresa responsable

Si una empresa aspira a ser responsable, el primer paso es ser consecuente con los impactos de su actividad en el medio ambiente y en la sociedad.

La gestión ambiental implica la integración de las preocupaciones medioambientales en la toma de decisiones y en las operaciones de la compañía. Para ello es necesario el compromiso de la dirección, la medición y evaluación de impactos, el desarrollo de procesos y productos respetuosos con el entorno, y el diálogo y la sensibilización con iniciativas que promuevan la sostenibilidad.
Pero antes de todo esto, y para poder avanzar en la mencionada gestión ambiental de la empresa, es indispensable realizar un diagnóstico ambiental preliminar.
A partir de este diagnóstico ambiental, la organización podrá conocer e interpretar su impacto ambiental y determinar si sus actuaciones son o no aceptables desde este punto de vista
Pero, ¿qué obtiene la organización con esta evaluación ambiental inicial? Aquí hay algunos beneficios:
  • Permite conocer su desempeño medioambiental, tanto las prácticas como los procedimientos existentes relacionados con la gestión ambiental
  • Determina los impactos directos e indirectos, y posibilita la medición del beneficio o el perjuicio de los mismos
  • Ayuda a localizar las causas de los impactos y los agentes implicados
  • Permite detectar áreas de mejora y definir las posibilidades para intervenir
  • Asigna la responsabilidad de los impactos y la capacidad de influencia
  • Determina la percepción del problema por parte de los implicados y la disposición de éstos para participar en su solución
  • Detecta riesgos, amenazas y oportunidades
  • Evalúa el coste de los impactos y el de las medidas para evitarlos o mitigarlos
  • Comprueba que se está cumpliendo con la legislación y la normativa aplicable
Existe una serie de aspectos genéricos que se evalúan en todo diagnóstico ambiental, como el consumo de materias primas, energía y agua, las emisiones de contaminantes y la generación de residuos, a los que la empresa puede añadir otros problemas específicos de su actividad.
Siempre es bueno recurrir a documentos e informes sectoriales, que suelen proporcionar ejemplos de buenas prácticas e indicadores que nos pueden servir a la hora de enfocar el diagnóstico, comparar sus resultados con el de otras empresas, así como de tener una referencia cuando se diseñen las iniciativas de mejora.
Además de conocer el impacto ambiental directo producido por su actividad, las empresas han de averiguar sus impactos indirectos según sea su origen:
  • Aguas arriba, es decir, los vinculados a la producción de los bienes y servicios usados por la organización
  • Aguas abajolos vinculados al uso de los productos o servicios por los clientes de la organización
Con la evaluación de los impactos se busca conocer su contribución (positiva o negativa) en todas sus dimensiones (económica, financiera, social, técnica, estética, cultural o de percepción o institucional).
Desde la perspectiva del desarrollo sostenible, no se medirá únicamente el impacto material en el medio, sino que también se tendrá en cuenta de qué manera contribuirá o afectará a la vida de las personas.
En última instancia, la evaluación persigue saber si son admisibles los impactos y hasta qué punto los podemos permitir.
Lo que aquí se averigüe permitirá priorizar los asuntos después del diagnóstico y diseñar y planificar un conjunto de objetivos y de iniciativas para la mejora ambiental.

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