Proyecto que facilita la economía circular gracias al Internet de las Cosas


El Internet de las Cosas (IoT) como vehículo
El concepto de Internet de las Cosas (IoT) se refiere a la red creada por todos aquellos objetos que pueden conectarse a internet mediante diversas tecnologías que permiten interactuar con ellos de forma remota y obtener información automática sobre su funcionamiento o uso. En otras palabras, es un ecosistema de objetos inteligentes conectados a internet, ya sean vehículos, electrodomésticos, edificios o cualquier otro artículo.
El concepto, que se acuñó en 1999 por el empresario Kevin Ashton1, está teniendo una gran repercusión mediática por las enormes posibilidades que hoy día nos ofrece la tecnología disponible y por el actual bajo coste de producción de los sensores y demás sistemas necesarios para hacerlo realidad. Los expertos están hablando de que el IoT consistirá en alrededor de 50 mil millones de objetos conectados para el año 20202, aunque ya se están viendo grandes avances que puede que hagan que ese número se quede corto3.
Lo interesante del IoT no es sólo el disponer de objetos más inteligentes con los que podemos interactuar en la distancia, lo más interesante son sus posibilidades de aplicación en nuevos sectores gracias al enorme flujo de información que se generará gracias a esta red de objetos conectados.
El proyecto TagItSmart
No obstante, a pesar de su impacto y de las potencialidades y los beneficios que nos auguran los expertos, el IoT aún nos resulta desconocido y extraño a muchos de nosotros, pues no ha conseguido incorporarse en nuestro día a día. En este sentido, nos ha llamado la atención un proyecto financiado por la Unión Europea en el marco de su iniciativa de investigación e innovación Horizonte 20204, que permitirá la aplicación del IoT en nuestra rutina diaria y que redefinirá la forma en que pensamos en los productos de consumo habitual como parte del IoT, ya que normalmente no se consideran parte de él.
Se trata del proyecto europeo TagItSmart o Etiquétalo Inteligente5, un proyecto internacional que ha recibido financiación de casi 7 millones de euros y que fue uno de los 7 seleccionados de entre los más de 150 solicitantes dentro una de las múltiples líneas del programa Horizonte 2020. El objetivo del proyecto es crear la primera plataforma del Internet de las cosas (IOT) basada en etiquetas inteligentes que permita un ecosistema abierto de objetos conectados; es decir, conseguir que los objetos que nos rodean cada día sean más inteligentes mediante etiquetas impresas, de manera que nos permitan interactuar digitalmente con ellos, gracias a información personalizada de la unidad concreta que tienes en tus manos y que vaya cambiando según las condiciones externas o los acontecimientos que suceden durante su ciclo de vida.
La tecnología que está detrás y sus potencialidades
TagItSmart fusionará diferentes tecnologías disponibles para permitir crear digitalizar productos mediante identificadores únicos que nos proporcionen información sobre esa unidad concreta del producto (en vez de las etiquetas impresas o códigos de barras que identifican hoy día a todos los productos de una misma marca sin distinción de la unidad que se trate).
Entre otros, TagItSmart combinará el potencial de las tintas funcionales o inteligentes (que cambian según la temperatura, humedad, tiempo transcurrido, etc.), los circuitos impresos en tinta (PCB) y los marcadores digitales (como Códigos QR o Datamatrix) y electrónicos (como etiquetas NFC o comunicación de corto alcance), de manera que se pueda identificar cualquier producto en la nube y se le dote de nuevas funcionalidades imposibles de conseguir de manera analógica. Estas tecnologías se complementarán con la tecnología existente en los teléfonos inteligentes con cámaras y lectores NFC (muy presentes hoy día), de manera que resulte muy sencillo obtener información sobre ese artículo concreto con un simple escaneo de la etiqueta inteligente (Smart Tag) adherida al producto, permitiendo así saber dónde y cómo se ha producido, sus componentes, sustancias, ingredientes o alérgenos, cómo y en qué medida ha sido transportado y almacenado, si está averiado, en mal estado o a punto de caducar, cómo y dónde poder repararlo o reciclarlo, recompensar a los que lo reciclan, etc.
Se creará así el puente perfecto entre los suministradores, los consumidores y sus objetos, permitiendo un nuevo flujo de información colectivo o crowdsourced que extraerá información de los objetos y se enriquecerá con los nuevos datos suministrados con las acciones de los usuarios, pudiendo ser explotados por nuevos servicios.

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