Australia cierra una de las centrales térmicas de carbón más contaminantes del mundo
La central térmica de Hazelwood, con el 3% de las emisiones de gases de efecto invernadero de toda Australia, ha dejado de operar para siempre.
Tras más de medio siglo ocasionando hasta el 3% de las emisiones de gases de efecto invernadero de toda Australia, el 29 de marzo se desconectó de la red eléctrica del país el último de los generadores que seguía activo que era, precisamente, el más antiguo, ya que estaba en funcionamiento ni más ni menos que desde 1964.
Solo dos días hicieron falta para desactivar, uno a uno, los ocho generadores de esta planta situada a unos 150 kilómetros de Melbourne, con la que se cubrían el 5% de las necesidades de consumo eléctrico de Australia y el 25% de las del estado de Victoria.
En este territorio, en el que se asienta la central, el 31 de marzo fue el día del adiós definitivo. “Hazelwood produjo sus últimos megavatios y ahora empezaremos con el difícil proceso de desmantelamiento de la mina y de la planta”, explicaba en una carta de despedida el director en Australia de Engie, multinacional francesa que es accionista mayoritaria de la central.
En el documento se avanzan además los pasos que pondrán fin a este gigante de la contaminación australiana y mundial: a principios de abril se dio el pistoletazo de salida al desmantelamiento de la central y de la mina de carbón anexa.
Se calcula que, cada año, Hazelwood quemó hasta 19 millones de toneladas de carbón. Ahora, esta fuente contaminante que tanto ha aportado al calentamiento global pasará a historia en 12 meses, cuando Engie prevé finalizar la demolición de las instalaciones.
Ese momento pondrá el punto y final a una eléctrica cuyas emisiones superaban las 1,5 t CO2 por megavatio hora. Como contraste, se estima que el factor de emisión de CO2 derivado del carbón en España se situó en el entorno de las 0`36 t CO2 por MWh en el año 2013.
Hazelwood se había convertido en los últimos tiempos en una piedra en el zapato de Engie. Dentro de su estrategia para fomentar las iniciativas energéticas con bajas emisiones de carbono, la eléctrica francesa había empezando a desprenderse de las centrales que operaban con carbón. Entre ellas se encontraba la planta australiana que, además, era ya poco sostenible desde el punto de vista económico.
Sea cuál sea la razón del cierre de Hazelwood, el final de esta planta que se había convertido en todo un símbolo de la contaminación mundial es motivo de celebración para los grupos ecologistas y para la lucha contra el calentamiento global.
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