Contenedores de basura solares con Wi-Fi
Contenedores de basura solares con Wi-Fi
Las nuevas tecnologías aplicadas al mobiliario urbano han llegado a los contenedores de basura, y lo cierto es que no les falta detalle. Nueva York está implándolos de forma progresiva en toda la ciudad tras una satisfactoria fase de pruebas y la medida no ha tardado en hacerse viral.
Los contenedores inteligentes, sin embargo, no son un invento de hace dos días, si bien están incorporándose nuevas prestaciones, como la conexión Wifi, lo que los convierte en un increíble invento como punto de acceso inalámbrico para toda la ciudad.
El proyecto se inició hace un par de años en Manhattan, con 170 contenedores de energía solar de BigBelly, una empresa estadounidense de gestión de residuos. Ya entonces los contenedores tenían ventajas muy interesantes, como la visualización de anuncios, la compactación de residuos (plástico, vidrio y papel), la detección de averías, del nivel de llenado para lograr una mayor eficiencia en los desplazamientos de los servicios de recogida y, a su vez, estaba equipado con un chip que también detectaba los malos olores.
El proyecto se inició hace un par de años en Manhattan, con 170 contenedores de energía solar de BigBelly, una empresa estadounidense de gestión de residuos. Ya entonces los contenedores tenían ventajas muy interesantes, como la visualización de anuncios, la compactación de residuos (plástico, vidrio y papel), la detección de averías, del nivel de llenado para lograr una mayor eficiencia en los desplazamientos de los servicios de recogida y, a su vez, estaba equipado con un chip que también detectaba los malos olores.
Wi-Fi gratuito
La iniciativa fue un éxito (se redujo la necesidad de vaciarlos en un 75 por ciento), hasta tal punto que se pensó en aumentar sus prestaciones, en una primera instancia convirtiéndolos en unidades de conexión Wi-Fi, aunque las posibilidades son inmensas y en el futuro puede esperarse cualquier cosa…
BigBelly se asoció con Downtown Alliance para convertir los contenedores en unidades de conexión Wi-Fi. El trabajo realizado permite la conexión Wi-Fi permite más de 120 conexiones simultáneas sin problema con hasta 75 Mb por segundo en un radio de unos 45 metros, ya instaladas en cerca de dos centenares de contenedores, una cifra que irá ampliándose en el futuro.
Al estar en el exterior, los contenedores no reciben interferencias de los rascacielos y tienen la ventaja de la cercanía al usuario. “Estamos exactamente donde está la gente, en las calles de Nueva York”, explica Leila Dillon, vicepresidenta de marketing de Big Belly.
Reciclaje de teléfonos públicos
La Gran Manzana también dispone de puntos de conexión a la red a través de los teléfonos públicos, si bien no se trata de un reciclaje en sentido estricto, pues las cabinas son de nuevo diseño. También de forma paulatina, la ciudad prevé transformarlos en puntos Wi-Fi, sumándose ambos proyectos para ofrecer conectividad a los transeuntes, aunque también se baraja la posibilidad de que los contenedores acaben sustituyeno a las cabinas.
En ambos casos, el principal reto es superar problemas relacionados con la calidad de la señal, el talón de Aquiles de este tipo de proyectos, y su éxito (de hecho, está teniéndolo) es un ejemplo para otras grandes ciudades.
Alimentados con energía solar
La energía solar alimenta la plataforma tecnológica que alberga cada contenedor. Todas sus funcionalidades, desde las alertas, compactado de residuos, conexión Wi-Fi y mostrar anuncios publicitarios o de servicio público funcionan gracias a la energía solar captada mediante placas solares en la parte superior.
De seguir obteniéndose resultados positivos, la ampliación de la flota dependerá de la búsqueda de patrocinios (mostrando anuncios) o de donaciones. Aunque no salen baratos acaban saliendo rentables y, haciendo las cuentas, permiten ahorrar dinero al municipio, ofreciendo un servicio de recogida de basuras más eficiente.
Solo con el ahorro en desplazamientos y en el personal dedicado a la recogida de los residuos sale a cuenta su alquilera. En el futuro, quizá sería interesante adquirirlos y, por supuesto, ir sumando nuevas prestaciones que ayuden a mejorar la sostenibilidad y calidad de vida de los ciudadanos en ciudades de todo el mundo. Sin duda, una herramienta increíble para que las smart cities sean también sinónimo de ciudades más verdes.
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