Argentina: el INTA producirá bioplástico y aditivos alimenticios a partir de residuos lácteos
En Argentina, el 34% de la leche producida se destina a la elaboración de quesos. El 70% de las empresas lácteas y más del 90% de las PYMES elaboran este producto, cuyo principal subproducto es el lactosuero o suero lácteo. En la elaboración cada 1000 litros de leche se obtienen 100 kg de queso y 900 kg de suero, de los cuales 50 kg son sólidos y 850 litros es agua. Esos sólidos están compuestos por proteínas, vitaminas, minerales y lactosa, que es el azúcar de la leche. Como gran parte de los componentes que le dan valor nutricional a la leche siguen presentes en el suero, ahí radica la importancia que adquiere su procesamiento.
Las grandes empresas no eliminan el suero como residuo, sino que lo procesan ellas mismas o tercerizan a otras firmas, que lo utilizan para diversos fines como por ejemplo, la alimentación animal. Pero para las PYMES el lactosuero significa un problema. Al no tener la capacidad de procesarlo se les restringen mucho las posibilidades de agregado de valor y generan un impacto ambiental negativo porque es altísimamente contaminante.
La Dra. Roxana Páez, profesional del Laboratorio de Calidad de Leche y Agroindustria del INTA Rafaela afirma que “hay una gran cantidad de PYMES lácteas que hacen una subutilización de este producto que tiene tanto valor nutricional como tecnológico”.
Para dar respuesta a esta problemática, desde el año 2011 el INTA trabaja sobre la valorización del lactosuero en forma conjunta con el INTI, la Universidad Nacional del Litoral y PYMES queseras de la región, en líneas de investigación que posibilitan el desarrollo de productos tecnológicos obtenidos a partir del suero y sus derivados. Este trabajo conjunto permitió obtener conocimientos sobre calidad del lactosuero y qué tecnologías se pueden aplicar utilizando el permeado de suero como sustrato o medio de crecimiento para el desarrollo de bacterias lácticas o levaduras como insumos para la agroindustria. Según la Dra. Páez “a partir de estos conocimientos, en el INTA Rafaela incubaremos dos empresas que trabajarán con permeado de suero (suero desproteinizado) transformando un subproducto altísimamente contaminante para el medio ambiente en productos de alto valor agregado. Una desarrollará un aditivo nutricional para humanos que permitirá bajar los índices de desnutrición infantil; y la otra producirá plástico biodegradable y compostable”. El proceso producción de bioplásticos se inicia en permeado de suero estéril (con carga cero de microorganismos contaminantes) donde se siembran bacterias que comen lactosa. A éstas bacterias se las “estresa” sometiéndolas durante una hora a 121ºC de temperatura, lo que provoca que guarden alimento transformándolo en PHB (poli hidroxi 3 butirato). Luego se rompen y purifican obteniendo como resultado un polvo de color blanco que se pelletea y se envía a la industria para la fabricación de productos plásticos. La característica principal de los productos desarrollados con esta novedosa materia prima (bioplástico) es que son biodegradables y, bajo las condiciones necesarias, compostables en un tiempo no superior a los 8 meses. Este producto estará a cargo de la empresa Embio S.A. y el residuo que queda una vez extraído el bioplástico se puede reutilizar (mediante diversos procedimientos) para la generación de biogás y/o fertilizantes.
Por su parte, la fabricación del aditivo nutricional comienza con la recepción de permeado de suero de queso en condiciones de proceso, para ser utilizado como medio de cultivo en un proceso tecnológico de biofermentación de microorganismos unicelulares (levaduras) para la obtención de biomasa, la cual se usará como Aditivo Nutricional, en forma de polvo una vez procesada en un secado spray. El origen natural de los insumos utilizados otorgan una alta calidad biológica a sus nutrientes y capacidad de absorción de los mismos a la hora de ser suministrados. Este aditivo alimenticio lo elaborará la empresa Alimentos Austral S.A., y el producto final será un polvo concentrado con alto valor nutricional que podrá adicionarse a cualquier ración alimentaria (leche, sopa, etc.). El mismo estará orientado, principalmente, a la nutrición de poblaciones vulnerables.
Impacto y beneficios
Sobre los proyectos incubados en INTA Rafaela, Páez destacó: “Estos desarrollos tienen impacto ambiental, en la competitividad del sector y en lo social. Lo innovador es el paquete tecnológico. Trabajamos con cepas nativas aisladas (no comerciales) del cepario del INTA, utilizando el permeado de suero como medio de crecimiento. Generar productos a partir de materias primas que tienen costo cero para la empresa es fantástico y a nivel territorial permite agregar aún más valor a la cadena láctea, reutilizando y transformando positivamente un desperdicio muy contaminante”.
Embio S.A. y Alimentos Austral S.A. constituyen las dos primeras empresas incubadas por el INTA dentro de la red INCUBAR del Ministerio de Producción de la Nación. Mediante esta modalidad de asociación público – privada, se firmó un convenio de investigación y desarrollo.
Asimismo, “el beneficio más grande para el INTA es llegar a hacer innovación con empresas que están creciendo, ayudándoles a que se transformen en los próximos tres años en empresas comerciales que den alternativas de agregado de valor a un subproducto de la región. De este modo, posicionamos la institución en temáticas tan importantes, como es actualmente la producción de bioplásticos a partir de recursos biomásicos que de otra manera se desecharían”, resaltó Paéz.
Plataforma de Innovación en Agroindustria
Desde el año 2015 se puso en marcha en el INTA Rafaela una Plataforma de Innovación en Agroindustria, en el marco del Programa Nacional de Agroindustria y Agregado de valor, como modo de vehiculizar aquellos desarrollos innovadores que ya se encuentran en la etapa de ser transferidos a los territorios.
El objetivo central de la misma es promover y contribuir a la competitividad, innovación y producción más diversificada, con alto valor agregado para la agroindustria, y está estructurada en seis ejes de trabajo: I+D+i, formación de RRHH, prestación de Servicios Técnicos Especializados, Transferencia Tecnológica, Incubación de empresas y Gestión de la información y comunicación.
Dentro del eje Incubación de empresas se creó la Incubadora de empresas biotecnológicas que alberga a Embio y Alimentos Austral S.A., las cuales, mediante un convenio de articulación con el INTA producirán el bioplástico y el aditivo nutricional. Se trata de una articulación en la que se aprovechan los conocimientos y productos tecnológicos ya obtenidos durante proyectos previos, para la producción de nuevos productos que tienen como eje de trabajo la Valorización Biotecnológica del permeado de suero.
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