En las entrañas de la tierra puede encontrar Islandia una fuente capaz de generar hasta diez veces más energía que el petróleo o el gas. Para ello, un equipo ha empleado 176 días en escarbar casi a cinco kilómetros de profundidad en uno de los volcanes del Reykjanes, sistema volcánico al sudoeste del país. Bajo el nombre de Thor, este proyecto que tira de mitología aspira a ser en sí mismo un hito al llevar la energía geotérmica a un nuevo nivel.
Para ello, los miembros de este proyecto de investigación impulsado por el consorcio Iceland Deep Drilling Project han perforado a una profundidad de 4.659 metros en la que la temperatura ronda los 427 grados. Con esto se alcanza lo que los investigadores llaman ‘condiciones supercríticas’, en las que, precisamente, buscan la posibilidad de darle un vuelco a la energía que el calor del subsuelo es capaz de generar.
Una vez finalizada la perforación, que comenzó en agosto de 2016, los miembros de este proyecto trabajarán durante meses en las profundidades de la tierra hasta constatar la viabilidad de generar energía a través de los fluidos que se dan en ellas y que, si todo marcha, generarían vapor del que se podrían obtener diez veces más de energía que de algunos combustibles fósiles.
“Si se alcanzan las mejores previsiones del proyecto, los pozos no solo podrán utilizarse para la producción altamente eficiente de energía, sino que se abrirán nuevas dimensiones para el uso de la energía geotérmica”, sostiene el consorcio impulsor, que subraya que el fluido supercrítico “tiene un contenido de energía mucho mayor que los pozos de alta temperatura convencionales”.
Aunque los promotores del proyecto señalan que los primeros indicadores son positivos, habrá que esperar hasta finales de 2018 para tener resultados fiables sobre la eficacia de estos pozos volcánicos en los que, eso sí, Islandia ve un enorme potencial. Para suministrar electricidad y agua caliente a una ciudad como Reykjavik, capital del país, se necesitarían entre 30 y 35 pozos convencionales. Con los pozos supercríticos en áreas volcánicas, la cantidad se reduciría a entre 3 y cinco. Y en la península de Reykjanes puede encontrar Islandia, además de uno de sus principales atractivos turísticos, la clave para aportar una nueva fuente de energía limpia para el suministro nacional e, incluso, para la venta a otros países.
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