5 árboles artificiales que generan electricidad
Son árboles artificiales de muy distintos tipos, que generar energía a partir del sol o del aire, al tiempo que se integran en el paisaje urbano, con lo que son doblemente ecológicos.
No pueden reemplazar a las turbinas de viento ni a los paneles fotovoltaicos, aunque algunos se basan en los principios de estas tecnologías, e incluso las incluyen. Sin embargo, su productividad todavía es menor.
Pero también tienen ventajas con respecto a las instalaciones convencionales de energía eólica y solar, como su mayor integración en la ciudad y, en muchos casos, su posible uso por parte de los ciudadanos como proyectos destinados a formar parte del mobiliario urbano.
Por otra parte, en ningún caso se trata de sustituir los árboles normales por éstos. No es, al menos, la idea que impulsó su creación. Se trata, sobre todo, se ofrecer una solución para la creación de energía en entornos habitables sin suponer un problema estético o de espacio, aunque las políticas urbanas son las que tienen, finalmente, la última palabra.
Igualmente, los árboles que atrapan CO2 son otra opción, aunque un híbrido entre éstos y aquellos podría resultar la mar de interesante. No tanto para los insectos y demás biodiversidad urbana, con lo que ene este sentido los árboles naturales no tienen punto de comparación. Sea como fuere, y habida cuenta de que nada es perfecto, estas propuestas permiten producir energía e integrarse en el entorno. Veamos 5 proyectos que giran en torno a esta feliz idea.
1. Energía a partir de pequeñas corrientes de aire
Un equipo de ingenieros parisinos desarrolló un árbol artificial que trabaja de forma silenciosa para extraer energía del viento. Se trata de un árbol de metal todavía en fase de prototipo, que se ha instalado a modo de prueba en la comuna Pleumeur Bodou, en el noroeste de Francia.
Mide 8 metros y su precio ahora mismo es prohibitivo, pues pretende venderse por más de 30.000 euros, pero lo cierto es que su fabricación en serie podría reducir mucho esta cifra. Por lo pronto, solo sería amortizable a muy largo plazo, siendo optimistas. Sus creadores explican que en lugar de hojas este árbol artificial alberga pequeñas turbinas verticales que pueden iluminar alrededor de 10 farolas o, cubrir en más de un 80 por ciento las necesidades de electricidad de una familia promedio.
Mide 8 metros y su precio ahora mismo es prohibitivo, pues pretende venderse por más de 30.000 euros, pero lo cierto es que su fabricación en serie podría reducir mucho esta cifra. Por lo pronto, solo sería amortizable a muy largo plazo, siendo optimistas. Sus creadores explican que en lugar de hojas este árbol artificial alberga pequeñas turbinas verticales que pueden iluminar alrededor de 10 farolas o, cubrir en más de un 80 por ciento las necesidades de electricidad de una familia promedio.
Afirman que tiene la gran ventaja de producir energía incluso cuando el viento es muy suave, independientemente de su dirección. Con el tiempo, la compañía New Wind, espera que su uso se extienda. Idealmente, se espera que encuentre aplicación tanto en hogares como en parques públicos o en las mismas calles. Si bien no permite el mismo rendimiento que un generador convencional, lo cierto es que compensa esta carencia con una mayor continuidad gracias a su productividad incluso cuando el aire no sopla con fuerza.
2. Un árbol que imita a un álamo
Científicos de la Universidad Estatal de Iowa, en Estados Unidos, proponen extraer energía eléctrica de un árbol artificial similar a un álamo, cuyas hojas también las carga el viento. Además de buscar un bonito efecto biomimético se incluye un mecanismo de generación de energía piezoeléctrico.
Se utilizan cristales piezoeléctricos, cuya carga obedece a una compresión o distorsión, pongamos por caso. Por un lado, se busca la semejanza a un árbol real y, por otro, sus hojas fabricadas con cristales piezoeléctricos logran generar electricidad a partir del viento de forma eficiente. Como ocurría en el anterior caso, se espera encontrar una aplicación práctica tanto a nivel paisajístico como de obtención de energía verde, si bien este proyecto está todavía en mantillas.
3. Generar electricidad a partir de las vibraciones
Otro proyecto no menos interesante es el llevado a cabo por un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Ohio, dirigido por el profesor Ryan Harne. Propone obtener energía limpia mediante el uso de árboles artificiales aprovechando la capacidad que tienen de transformar las vibraciones producidas por distintos agentes (viento, actividad sísmica o actividad humana) en electricidad.
Es decir, los árboles recuperan parte de la energía que se produce en la ciudad, entre otras posibilidades cuando “los edificios se balancean ligeramente con el viento, las suspensiones de los coches absorben los baches del camino o los puentes vibran”, apunta el experto.
Los resultados no son de una gran productividad. Pero según afirma Harne, se trata de una tecnología “valiosa” cuando no resulta viable instalar fuentes de energía renovables convencionales. Unos pequeños voltajes que pueden servir para alimentar sensores o, por ejemplo, cargar dispositivos móviles.
4. MeHai Tree, el árbol con hojas fotovoltaicas
Un árbol bautizado con el nombre de MeHai Tree es la creación de estudiantes mexicanos y haitianos de la especialidad de Energías Renovables de la Universidad Tecnológica de Querétaro, en la Ciudad de México.
Con la creación del árbol pretendían dar un nuevo aire a una instalación de celdas fotovoltaicas con el doble fin de fomentar las energías renovables y darle un uso diario. Una intención que se acabó plasmando en un árbol artificial en el que se incluyen 9 paneles fotovoltaicos y un sistema de almacenamiento destinado a recargar dispositivos móviles. Próximamente esperan poder darle también otros usos como la iluminación del campus o la alimentación eléctrica de los purificadores de agua.
5. Treepods: absorción de CO2, energía solar e iluminación
Los Treepods son el último árbol artificial de esta selección. Credo por Klaus Lackner, científico de la Universidad de Columbia, en Nueva York, tiene un diseño futurista muy atractivo, pero sus puntos fuertes a nivel ambiental son otros. Como bien adelanta el epígrafe, son árboles que imitan las funciones de los vegetales a la hora de actuar como sumideros de carbono. Igualmente, sus paneles solares captan la energía del astro rey y permiten iluminar las calles cuando cae la noche.
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