CAMPOS DE GOLF ABANDONADOS, EL LUGAR PERFECTO PARA PARQUES SOLARES
Durante los años 80 Japón vivió un auge sin precedentes de construcción de campos de golf. Los clubes del país ganaron millones de dólares durante esta época y, ante la demanda, se destinaron grandes extensiones de terreno para estos fines. Sin embargo, en las últimas décadas este interés se redujo notablemente así como la participación de la población en este deporte, y llevo a la nación a enfrentar una problemática bastante particular: ¿qué hacer con los campos de golf abandonados?
Las autoridades del país asiático los han reconsiderando como espacios para construir viviendas, parques y centros comerciales, pero la compañía japonesa Kyocera, encontró una solución que consiste en utilizar estos espacios verdes que han quedado fuera del boom inmobiliario para instalar paneles solares y construir plantas de energía solar.
Desde el desastre de Fukushima en 2011, Japón se ha marcado el objetivo de doblar la energía producida con tecnologías limpias para el 2030, nada fácil para un archipiélago con 6.852 islas y con gran parte de su territorio montañoso. Para lograrlo se ha visto obligado a buscar localizaciones de lo más curiosas, como estanques, embalses y ahora campos de golf abandonados. Por atípico que parezca estos espacios son ideales para una planta solar: presentan enormes espacios abiertos que reciben una abundante cantidad de luz solar.
El primer proyecto de esta empresa aún se encuentra en construcción, y se estima que para 2017 estará listo. Se trata de una planta solar de 23 megawatts en un campo de golf en Kyoto que producirá suficiente energía para aproximadamente 8.100 hogares. Kagoshima es otra de las ciudades en donde dicha compañía está construyendo otra planta solar en un campo de golf abandonado, pero de 92 megawatts, que podrá en abastecer de energía a más de 30.000 hogares.
Japón está apostando fuertemente a la energía eólica, la hidroeléctrica, la solar y otras fuentes limpias, con el objetivo es reducir drásticamente la presencia del carbón, el gas y el petróleo para reducir las emisiones nocivas y terminar con la dependencia energética de otros países.
Por su parte, en Estados Unidos, varias ciudades de estados como Florida, Utah, Kansas y Minnesota están discutiendo diferentes propuestas para reutilizar sus campos de golf cerrados ya que, de esta forma, se puede proveer un uso productivo y medio-ambientalmente favorable de estas grandes extensiones antiguamente utilizadas con fines deportivos.
Otro claro ejemplo de transformación o aprovechamiento para que puedan ser nuevamente utilizados es la fusión de la agricultura con paneles solares en zonas desérticas, o también la localización de paneles solares en partes inutilizadas o sub-utilizadas de las zonas agrícolas. Las posibilidades son infinitas.
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