Reciclado: La minería del futuro

Gunter Pauli, el autor del libro “Blue Economy” , titulado “Un mundo menos dependiente de los recursos naturales”. Hace poco  nos enviaba dos mensajes muy claros.:
El primero se refería a que los recursos naturales son finitos y, además, algunos de los más necesarios para sostener apuestas de futuro como el desarrollo de la energía eólica o el vehículo eléctrico, son escasos. Esta escasez viene marcada por la falta de reservas y/o por otros problemas como estar concentradas las reservas en determinadas áreas geográficas, con frecuencia problemáticas. 
Ante esta situación, el segundo mensaje subrayaba la necesidad de que el avance tecnológico tuviera en cuenta esta situación y se planteara nuevos retos como, por ejemplo, la eliminación de baterías en pequeños aparatos eléctrico-electrónicos por mecanismos que aprovecharan el calor del cuerpo u otros sistemas similares como fuente de energía. No lo decía tanto por el ahorro de energía, que también, como por el ahorro de determinados elementos contenidos en las baterías. Es decir, Pauli, nos dice algo que en clave medioambiental está establecido desde hace tiempo, el primer paso es minimizar y racionalizar la utilización de los recursos naturales, especialmente los más escasos.
También hemos visto recientemente imágenes en los medios de comunicación que debieran provocar una reflexión. Cantidades importantes de aparatos eléctrico-electrónicos terminan, al final de su vida útil, en campos de Nigeria, o en ciudades como Guiyu en China, donde se tratan de una forma deficiente, causando un gran daño en la salud y el medio ambiente. Pero esto, que es grave, no es todo. Materiales escasos, contenidos en esos residuos, se pierden para siempre, quedando fuera de cualquier circuito de reciclaje.
Estos son dos ejemplos que ilustran el reto que tiene nuestra sociedad para utilizar los recursos naturales de una forma sostenible. 
Este tema no nos resulta nuevo. La seguridad de abastecimiento de materias primas es muy importante para el correcto funcionamiento de nuestra sociedad. El progreso tecnológico experimentado durante toda la historia, y muy en particular en los últimos tiempos, está estrechamente ligado al desarrollo de los materiales. 
Se presenta un problema de agotamiento de las materias primas que se extraen de la corteza terrestre pero, a diferencia de la energía, no existe el concepto de fuente renovable, a excepción de los materiales de origen biológico que cuentan con limitadas aplicaciones. Sin embargo, existe un paralelismo en el mundo de los materiales con el concepto renovable y está en relación con la capacidad de reciclaje de los materiales para poder ser reintroducidos en el circuito comercial una vez que han dejado de ser útiles y se han convertido en un material residual. Es decir, la sostenibilidad aplicada a los materiales que se utilizan en la vida cotidiana implica una correcta gestión de las materias primas disponibles en la naturaleza y la reutilización / reciclaje de los materiales elaborados cuando dejan de utilizarse y se convierten en residuos. Además, esta reflexión se ha de extender a todo tipo de recursos naturales, no sólo las fuentes de energía y las materias primas, sino también al agua o a los alimentos.
En definitiva, ¿qué podemos hacer?. Hay tres ejes que, como mínimo, perfilan la respuesta:
  • El primero afecta a toda la sociedad y se refiere a los hábitos de consumo. Este consumo se ha de transformar bajo los conceptos de responsabilidad y sostenibilidad.
  • El segundo tiene que ver con la industria en general. En este caso, el problema se ha de transformar en una oportunidad para incrementar la competitividad, diseñando productos que eviten/racionalicen la utilización de materiales, especialmente los escasos, y/o que los materiales utilizados sean más fácilmente reciclables.
  • El tercer eje se refiere a un sector industrial clave: la ecoindustria, en concreto la industria dedicada al reciclado. Ellos posibilitan el reciclado y reutilización de los recursos materiales. También es este caso se ha de contemplar el problema como una oportunidad de definir nuevos nichos de actuación.
En resumen, consumir de una forma responsable productos diseñados para ser reciclados y, finalmente, reciclar los materiales contenidos en esos productos cuando terminan siendo un residuo. Dicho de otra forma: el reciclado, la minería del futuro.

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