Biogás: dos pueblos se alumbrarán con sus residuos

Por Fernando Colautti

Huinca Renancó y Baigorria generarán energía con la basura. Reducirán el volumen y podrían iluminar sus calles. Hace dos años, dos proyectos se pusieron en marcha en pequeñas localidades cordobesas para intentar dar otro destino a la basura: su transformación en biogás. Con demoras y algunas dificultades en el camino, ninguno está finalizado pero ambos siguen en pie. Si logran algún apoyo provincial o nacio­nal adicional, podrían inaugurarse en el corto plazo.

Biogás: dos pueblos se alumbrarán con sus residuos
No implica generar energía incinerando residuos, como proponía la controvertida Innviron para Capital y Villa María, en una aventura que terminó en escándalo años atrás. Quemar basura es el método más cuestionado desde la perspectiva ambiental.
Para producir biogás los residuos orgánicos se reciclan y transforman en un recurso. Así, buena parte de la basura no requiere ser enterrada ocupando espacio, con riesgo de contaminación. Y a la vez, el gas metano generado en vez de ser liberado al aire afectando el ambiente, es usado como fuente de energía. No hay incineración, sino descomposición natural.
Por ahora, no parece tan sencillo ni un brillante negocio. Pero es un camino alternativo y posible, que dos pueblos del sur de Córdoba se animan a transitar. La experiencia mayor avanza en Huinca Renancó. Otra, más acotada y artesanal, se prueba en Coronel Baigorria.
En ambos, la energía que generarán por esta vía equivaldría a la que demandan sus servicios de alumbrado público. En principio, fueron imaginados con ese destino.

En Huinca

La Cooperativa Eléctrica de Huinca Renancó (CEHR), en sociedad con la Federación de Cooperativas Federadas (Fecofe), diseñaron una planta que pudiera procesar los residuos orgánicos que generan unos 20 mil habitantes de esta región. Hace unos meses, la Provincia habilitó un vertedero regional que recibe los desechos de ocho pueblos del departamento General Roca, en sur de Córdoba. Los inorgánicos ya se separan para ser vendidos y los orgánicos irán a parar a los biodigestores para generar energía.
La planta de biogás, iniciada en 2013, preveía ser inaugurada a fines de 2014. Ahora, hablan de los primeros meses de 2016.
Juan Rivotta, gerente de la cooperativa local, señaló que hay demoras por trabas en el ingreso de equipos importados (la tecnología es italiana) y por razones económicas. Recientemente llegaron equipos separadores de residuos desde Italia y se aguarda el arribo de dos grupos generadoresdesde Costa Rica.
El proyecto nació por el apoyo del Ministerio de Agricultura de la Nación, que aportó 18 millones de pesos, ya invertidos. “Nos faltarán unos tres millones más, que estamos gestionando ante Ambiente de la Nación”, indicó Rivotta.
Con 21 millones ya se podrá inaugurar, aunque con dos de los cinco generados previstos. Para los otros tres, requerirá una inversión adicional, en una etapa posterior. “Ya generando, se podrían buscar créditos”, apuntó Rivotta.
La idea final es generar con gas metano un megavatio por mes. Con dos motores, llegarán al 40 por ciento.
Para comparar: Huinca Renancó consume hasta siete megavatios/mes en invierno. En otros meses, ronda los cinco, por lo que la planta produciría (con cinco generadores) hasta un 20 por ciento de la demanda total de la ciudad, de 10 mil habitantes. Representaría algo más de lo que necesita todo su alumbrado público.
Rivotta aclaró que la energía de los biodigestores no se usaría directamente en la localidad: el Mercado Eléctrico Mayorista comprará ese aporte, para la red nacional, mediante un convenio con Energía de la Nación. “Sería más complejo y menos rentable que se usara directamente en el pueblo”, precisó el gerente de la cooperativa.
Para el desarrollo del proyecto, se contrató a las empresas Montanaro-Ifes. El municipio lo avala y aporta el terreno, mientras la delegación regional del Inta suma su asesoramiento.

Fertilizantes, también

Los biodigestores necesitarán un mínimo de biomasa que la basura de los ocho pueblos no alcanzarán a aportar. Por eso, ya está definido el agregado de sorgo forrajero, que la propia cooperativa sembrará en ?un campo de 70 hectáreas, o que comprará a productores de la zona.
El proceso dejará un residuo, que tampoco es tal, porque tiene utilidad como fertilizante. Su mercado real aún está por verse, pero al menos será de utilidad para abonar los suelos de los espacios verdes de la región.

Negocio, no

Rivotta aclaró de entrada: la ventaja principal no es el negocio de generar energía, sino el aporte ambiental al reducir los residuos, sin impacto.
“No es un gran negocio, al menos con los números actuales. Si no fuera con subsidios, sería totalmente inviable el proyecto para esta cooperativa y este pueblo, por la inversión requerida”, marcó el gerente cooperativo.
“Ambientalmente está bueno, y de paso será una fuente de recursos, aunque la ecuación económica habrá que evaluarla con el tiempo, según los precios del mercado eléctrico para energías alternativas”, completó.
El mismo Rivotta admitió que, por el volumen de residuos disponibles, sería de mayor eficiencia el biogás para procesar los residuos de ciudades grandes. “Traerlos acá de otras zonas no cierra, por el alto costo de los fletes”, precisó.

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