Panamá toma conciencia sobre el impacto de los microplásticos
El plástico está muy presente en la vida diaria: en las bolsas de basura y de supermercados, en los envases para guardar comida y para embotellar sodas y agua; en vasos, platos y cubiertos; en la pasta de dientes, en la ropa y en algunos jabones, entre otros. Más de 330 millones de toneladas de plástico se producen en el mundo cada año. Pero, el 50% de este plástico es desechable. Se estima que un tercio de los residuos de este material terminan en los vertederos, donde demoran hasta mil años en descomponerse, filtrando sustancias potencialmente tóxicas para los suelos y las aguas.
La mayoría de los residuos de plástico se desintegran en pequeñas partículas de menos de cinco milímetros denominadas microplásticos. Pueden llegar a ser más pequeñas y alcanzar los 0.1 micras (más pequeño que el diámetro de un cabello), son nanopartículas. Los microplásticos están prácticamente en todas partes. Estos residuos son un problema importante en el manejo de desechos sólidos porque son más difíciles de controlar por su pequeño tamaño y porque pueden tener un mayor impacto a nivel físico y químico en los ecosistemas.
Yessica Young, Oficial Nacional para Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), aseguró que se cuenta con evidencias científicas que determinan que los microplásticos tienen un efecto negativo a largo plazo en los suelos, sedimentos y agua dulce.
Un grupo de investigadores alemanes advirtió que la contaminación microplástica terrestre es más alta que la marina. ‘"Se estima entre cuatro y 23 veces más alta, dependiendo del medio ambiente", indicó Rolando Gittens, miembro del Miembro del Movimiento #CienciaEnPanamá.
Estas pequeñísimas partículas pueden interactuar con la fauna del suelo y afectar su salud y sus funciones. Un ejemplo típico son las lombrices de tierra que crean sus guaridas de forma diferente cuando experimentan la presencia de microplásticos en los suelos. "Esto afecta la aptitud de la lombriz y el estado del suelo", cita un artículo en S cience Daily . "Se estima que por lo menos 51 millones de partículas de microplástico se encuentran en los océanos" explicó Young. La presencia de los microplásticos en las aguas no sólo pone en peligro a los animales (peces y moluscos) que las ingieren sino también a los humanos que consumen estos alimentos. "Pescado que te comes o que se convierte en harina o incluso productos que se usan para alimentar otros animales que terminamos consumiendo los humanos", explicó Young. La presencia de los microplásticos también se ha detectado en sal, azúcar y cerveza, aseguró Gittens.
Otro de los potenciales riesgos de los microplásticos es que pueden destilar tóxicos, explicó Young. Los efectos de los químicos son especialmente peligrosos en la etapa de descomposición, añade. Cuando los plásticos se están descomponiendo obtienen nuevas propiedades físicas y químicas y esto aumenta el riesgo de que tengan un efecto tóxico en los organismos. Los aditivos ftalatos y Bisfenol A se filtran de las partículas de plástico y pueden alterar el sistema hormonal de los vertebrados e invertebrados.
Mientras que las partículas de tamaño nanométrico pueden causar inflamación; atravesar o cambiar barreras celulares e incluso cruzar membranas altamente selectivas, como la barrera hematoencefálica o la placenta. Dentro de la célula, pueden desencadenar cambios en la expresión génica y reacciones bioquímicas, explicó Gittens.
Panamá no escapa a la contaminación de plásticos. el Plan de Manejo de los Desechos Sólidos para Municipalidades realizado por la Agencia de Cooperación Internacional del Japón, señala que para 2002 la generación de desechos domésticos en los distritos de Panamá, San Miguelito y Arraiján ascendió a 978.1 toneladas diarias. El mismo estudio establece que tales desechos están compuestos en un 25% de papel y cartón, 17% de plásticos, 6% de vidrio, 4% de metales, 46% de desechos alimenticios, y 2% de desechos de jardín y otros. Esto representa más de 166 toneladas/día y 60,691 toneladas/año. "Estas cifras probablemente han debido aumentar considerablemente en los últimos años", concluye Gittens.
Sin embargo, el país ha dado un paso importante en aprobar una nueva legislación que regula el uso de bolsas plásticas. En enero de 2018, se sancionó la Ley 1 que prohibe el uso de bolsas plásticas en los establecimientos comerciales. El país también se encuentra modernizando su marco legal e institucional para la gestión integrada de residuos sólidos.
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