Ch2oose, una botella de papel reciclado para salvar los océanos del plástico
Se llama Ch2oose y es un invento original del escocés James Longcroft. Puede reciclarse, pero también es capaz de descomponerse en tres semanas. Con esta botella de papel reciclado, ya no es necesario usar PET.
¿El plástico desechable está poniendo en peligro nuestros océanos? Sustituyámoslo por una alternativa respetuosa con el medio ambiente como la que nos ofrece Choose, la botella de papel reciclado y completamente biodegradable, diseñada por el joven británico James Longcroft, Graduado en química por la Universidad de Durham.
Hace dos años Longcroft lanzó una nueva empresa para la producción de botellas de agua de plástico, marcadas con los nombres y logotipos de los patrocinadores, para ser distribuidas gratuitamente a los londinenses. El objetivo era donar los beneficios de la publicidad a un proyecto de suministro de agua potable en África. Pero el joven de 27 años pronto se dio cuenta de que el producto, aunque beneficiaba a las comunidades africanas, era otro problema ambiental. Así que, el año pasado, prometió dejar el plástico.
Para su empresa, esto significaba encontrar una solución alternativa que le permitiera continuar con el proyecto. Después de meses de experimentos e intentos nació la botella de papel Ch2oose. Por supuesto, la celulosa no es su único material. “El recubrimiento es la clave. El exterior está hecho de papel reciclado, pero el interior tenía que ser impermeable, proporcionar resistencia para que la botella conservara su estructura y el agua fresca, igual que el plástico“, explica Longcroft. “Logramos hacer todo esto, lo cual es muy emocionante. La capa interna se produce a partir de materiales naturales biodegradables y se une a la cubierta externa, creando una especie de sello. El químico mantiene la máxima reserva sobre la composición exacta, pero asegura: “Es completamente sostenible“.
La nueva botella ecológica es perfectamente reciclable, desde la tapa (de acero) hasta el cuerpo. Pero si se tirara al mar -esperemos que no suceda- podría descomponerse en unas tres semanas. “Sólo tenemos un planeta y necesitamos actuar ahora para asegurarnos de protegerlo para las generaciones futuras“, añadió Longcroft. El joven químico está recaudando fondos en la plataforma de financiación colectiva de Indiegogo: el objetivo es reunir al menos 25.000 libras para comprar nuevos moldes y maquinaria y producir botellas de papel a escala comercial. Y una vez más, todas las ganancias continuarán apoyando el proyecto de acceso al agua potable de la organización benéfica Water For Africa.
Si un joven casi sin financiación ha podido desarrollar un producto como este, que no podrán hacer las grandes multinacionales, si quisieran claro…
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