Cerámica sostenible: rescate de residuos y reutilización

Cerámica sostenible: rescate de residuos y reutilización
La industria cerámica española, cuyo clúster se ubica en la provincia de Castellón, cumple con una doble función primordial para garantizar el bienestar de la sociedad. Por un lado, se alza como una potente locomotora económica para el territorio provincial, autonómico y nacional, capaz de generar 15.000 empleos directos y otros 15.000 indirectos y de exportar 2.570 millones de euros (según datos de la Asociación española de fabricantes de azulejos y pavimentos cerámicos, Ascer, correspondientes a 2016). Pero además, el sector cerámico mantiene un compromiso estable con la sostenibilidad medioambiental, llevando por bandera el ecologismo durante su proceso de producción y aprovechando todos y cada uno de los beneficios de la cogeneración (producción de energía eléctrica y calor), para poder de esta manera ser líderes en autoconsumo, evitando costes económicos, administrativos y lo que también es importante: reduciendo a cero el impacto en el medio ambiente de la actividad de las fábricas.

Para poder ejemplificar la noble inversión millonaria de la industria azulejera en interiorizar el respeto al medio ambiente durante sus procesos productivos, La planta atomizadora de arcillas de Grupo Pamesa, conocida como Arcillas Atomizadoras, y que junto a la planta Ondagen, integra en el desarrollo de la atomización el aprovechamiento y gestión de residuos procedentes de otras empresas de la industria cerámica, evita así tener que proceder al desecho de dichos materiales y sustancias. En concreto, Grupo Pamesa utiliza en su proceso de atomización para la producción de arcilla (o tierra atomizada, según la planta) aguas residuales desechadas por otras empresas y testillos (es decir, roturas de productos cerámicos) procedentes de otras fábricas para su posterior reutilización. De hecho, según aseveró el presidente del laureado grupo empresarial, Fernando Roig, «entre el 6 y el 8% del peso de nuestro producto cerámico procede de material reciclado». Un dato que prueba la voluntad de Grupo Pamesa por "estar muy sensibilizados con la reutilización de materiales, claro ejemplo de que el sector cerámico es más que saludable".

Por lo que respecta a los lodos, Grupo Pamesa dispone de unas instalaciones adaptadas para depurar y tratar las aguas residuales, limpiándolas y creando una sustancia homogénea. La planta Ondagen gestionó en 2016 252.856 toneladas de lodos y 23.787 en el acumulado de 2017 hasta el 30 de noviembre. Por lo que respecta a Arcillas Atomizadas, la cifra del ejercicio anterior ascendió a 27.474 toneladas y la del presente ejercicio a un total de 10.675. "Con la homogeneización conseguimos que no se detecten diferencias en la claridad y espesor de las aguas", explicó José Emilio Safont, jefe de las instalaciones. Grupo Pamesa depura hasta un millón de litros de aguas residuales por día, gracias a la utilización de bombas y una extensa red de tuberías que, en suma, conecta las plantas atomizadoras con otras empresas azulejeras en una distancia de entre 12 y 15 kilómetros. "Grupo Pamesa está conectada con más de 14 fábricas azulejeras, con una media de un kilómetro doscientos cada tubería", cifró el presidente de Grupo Pamesa, subrayando que ello supone depurar y rescatar las aguas residuales de aproximadamente el 20% del sector provincial. Este innovador sistema sostenible permite evitar el desplazamiento de "entre 35 y 40 bañeras diarias", lo que supone ahorrar el desplazamiento de casi 14.000 bañeras al año. Cabe destacar que, además de la red de tuberías, hasta la citada balsa se desplazan 14 cubas por día para el transporte de aguas

Asimismo, Grupo Pamesa también 'rescata' y recicla testillos, tanto crudos como cocidos -es decir, que ya han pasado por el horno-. En Ondagen se gestionaron 19.431 toneladas de testillo crudo en 2016 y 23.787 en el acumulado de 2017 hasta el 30 de noviembre, mientras que en la planta de Arcillas Atomizadas la compañía recicló 19.840 toneladas de testillo crudo y 36.002 cocido durante el año pasado y 16.347 de testillo crudo y 31.283 de cocido en el acumulado de 2017. "Las roturas proceden de otras fábricas y clientes a los que suministramos, y son de porcelánico y pasta roja, quedando separados de forma clara", precisaron desde el grupo. Esta acción en defensa del reciclaje evita que el sector arroje las roturas en vertederos, ganando músculo en sostenibilidad. "El sector cerámico tiene entre el 1,5 y el 2% de roturas", explicó Roig, aseverando que, aproximadamente «nosotros trituramos y reaprovechamos el 20% de las roturas del sector".De hecho, según cifró Safont, "Grupo Pamesa ha recuperado durante el 2017 300 millones de kilos en roturas, aproximadamente"

El sistema de trituración abandera valores ecológicos, detectando «la presencia de restos de metal». «Si el sistema de la línea verifica la presencia de algún trozo de metal entre las roturas, directamente se detiene todo el engranaje y la maquinaria se tiene que parar para que esos restos metálicos se eliminen», subrayaron los operarios de la fábrica. Ello garantiza la permanencia del material cerámico y la 'depuración' de otros elementos. En los mismos almacenes se resguardan las materias primas (tierra y arcillas) completamente resguardadas. "Se trata de una labor muy comprometida, es un compromiso y el sector ha dignificado este proceso al tener todo guardado y estar debidamente tratado", defendieron Roig y Safont.

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