Científicos australianos logran trasformar aceite de soja en grafeno, el material del futuro

Grafeno con aceite de soja
El grafeno, considerado como el material del futuro por sus potenciales aplicaciones para industrias como la electrónica o las energías limpias, está más cerca de ser viable para su uso comercial después de que un equipo de la Organización de Investigación Científica e Industrial de Australia (CSIRO) haya podido obtenerlo del aceite de soja, tanto en crudo como una vez desechado tras su uso. El avance despeja el camino hacia la producción de este material, que hasta ahora requería de procesos muy costosos.
Duro como el diamante o más, pero ligero y elástico al mismo tiempo. Son algunas de las virtudes del grafeno, un material compuesto por carbono que es además un conductor ideal de electricidad y temperatura. Con esta carta de presentación, si todavía no se expandido más es porque, hasta ahora, el coste de producirlo ha bloqueado sus opciones. Esto se debe a que la obtención del grafeno debía realizarse en un ambiente altamente controlado, con gases comprimidos explosivos y con operaciones a altas temperaturas que se prolongaban durante horas y a las que se sumaban extensos procesos de vacío.
Sin embargo, este sistema puede haber quedado reducido a un simple recuerdo del pasado tras el desarrollo por parte del CSIRO australiano de ‘GraphAir’, una tecnología que prescinde de esos procesos complejos y que logra obtener películas de grafeno del aceite de soja en condiciones de aire normales.
En concreto, el aceite de soja expuesto al calor hace que este se descomponga en múltiples unidades de unidades de carbono que son esenciales para sintetizar el grafeno. “Este proceso es rápido, simple, seguro, potencialmente escalable y adecuado para la integración”, asegura el científico de CSIRO, Zhao Jun Han, quien añade que el material obtenido es de calidad equiparable al grafeno producido por vías convencionales.
Los resultados los ha constatado este equipo científico incluso con aceite vegetal desechable tras su uso en cocina o barbacoas, con el que también han logrado extraer películas de grafeno. Por ello, las opciones de que la producción de grafeno deje de ser un problema de la mano de GraphAir son muchas. De hecho, los investigadores de CSIRO están buscando socios industriales para dar con nuevos usos para el grafeno.
Las propiedades de este material, entre ellas las virtudes electrónicas, mecánicas, termales y ópticas, lo convierten en ideal para la purificación y la filtración de agua, los sensores, los equipos médicos, la electrónica, los paneles solares o los ordenadores. Y a todo este universo puede empezar a extenderse este supermaterial, solo gracias a la ciencia y a la soja.


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